Advertencia del Mesías – Parte 2
Si tuviéramos que rehacer el siglo XX... Los dos errores que crearon el "Imperio Diabólico"

Plaza de Tiananmén en Beijing, China.

 
Artículo de noviembre de 2021

 

Advertencia del Mesías

Si China toma Hong Kong y Taiwán, Japón estará en peligro de extinción

 
Japón se enfrenta a la mayor “crisis de extinción nacional” desde su fundación.
Basado en la revelación del Dios Supremo, nos gustaría decirles qué debería hacer Japón frente a la China con “nazismo patriótico ” para no convertirse en un pueblo nómada como el antiguo Israel.

 


 

 
Con respecto al problema de la humanidad para detener la amenaza de China, el Maestro Okawa dijo en su conferencia “Lo que el Mesías debería decir y hacer ahora”, “Si tuviéramos que rehacer la historia en la etapa del 2000 y si supiéramos que China iba a ser poderoso como ahora, creo que habría algunas cosas que no debería de haber hecho”. Señala que el imperio diabólico nació de dos errores en el juicio histórico cometidos en el siglo XX.

 

Subestimó la amenaza del comunismo y permitió que el partido comunista estableciera un país

El primer error histórico es que “Estados Unidos subestimó la amenaza del comunismo y permitió se fundara la República Popular China”.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos luchaba ferozmente por la hegemonía del creciente Japón en el Océano Pacífico. Por lo tanto, apoyó a la República de China (Partido Nacional de Chiang Kai-shek) que estaba luchando contra Japón en la “Guerra Sino-Japonesa” y atacó a Japón.

Por ejemplo, en 1942, con el apoyo del Ejército del Partido Nacional, las fuerzas armadas de Estados Unidos atacaron por primera vez varias partes de Japón, como Tokio, Osaka y Nagoya (Doolittle Raid). Posterior al ataque aéreo a Japón, aproximadamente la mitad de los bombarderos aterrizaron en el continente chino. Estas operaciones, en las que Estados Unidos ayudó a China, fueron entonces y siguen siendo consideradas como actos heroicos.

Sin embargo, el Maestro Okawa señaló: “La historia puede ser tal que lo que se elogió en su momento se revierta después. A veces el vencedor aprieta el gatillo para la siguiente desgracia.”

Posteriormente de que Japón se rindió, el Partido Nacional libró una guerra civil con el Partido Comunista de Mao Zedong, no obstante Estados Unidos retiró el apoyo al Partido Nacional durante la guerra civil y apoyó al Partido Comunista. Como resultado, el Partido Comunista ganó la guerra civil y fundó la República Popular China en 1949. Estados Unidos ayudó a establecer China.

No se puede negar que Estados Unidos subestimó la amenaza del Partido Comunista en ese momento. Debería haber derrocado al Partido Comunista y haberse movido estratégicamente para permitir un gobierno de estilo taiwanés, que admite la libertad y la democracia, a que gobernara China continental. Como resultado, el mundo se enfrenta ahora a la amenaza del imperialismo chino y se ve obligado a defender el Mar de la China Meridional y Taiwán.

 


 

El lanzamiento de la bomba atómica, el cual cambió la forma de hacer la guerra

El segundo error en el juicio histórico es que “Estados Unidos lanzó las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki”, señala el Maestro Okawa en su conferencia.

Muchos historiadores han señalado que Japón estaba al borde de la rendición en 1945, por lo que no había necesidad de que Estados Unidos lanzara la bomba atómica.

Con el lanzamiento de la bomba atómica estadounidense, las armas nucleares han demostrado inadvertidamente que pueden destruir completamente una ciudad y matar a la gente sin contaminar las manos de los atacantes. En otras palabras, cambió la forma de la guerra.

Después de la Segunda Guerra Mundial, las armas nucleares se extendieron por todo el mundo, exponiendo a la humanidad a la amenaza de las armas nucleares. La competencia por el desarrollo nuclear es feroz y, además de los miembros permanentes de las Naciones Unidas (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China), incluso el país más pobre, Corea del Norte, posee armas nucleares. Si un país malintencionado posee armas nucleares, es posible destruir otro país muy fácilmente.

En particular, China, que tiene una población de 1,400 millones, podría librar una guerra nuclear, aunque mueran cientos de millones de su propia gente. Lo que es más aterrador que la amenaza de la Unión Soviética. Si se les amenaza con armas nucleares, existe el peligro de que Japón y otros países puedan ser esclavizados sin luchar.

Considerando la situación actual en la que nació el estado comunista de China, y que está amenazando al mundo con armas nucleares, los dos puntos anteriores pueden ser “los puntos para reiniciar la historia del siglo XX”. La humanidad debería reflexionar sobre la historia y aprender lecciones de esos puntos.

 

Un B-25 del Grupo Doolittle, lanzado desde un portaaviones estadounidense, el 18 de abril de 1942, cuando 16 bombarderos estadounidenses atacaron por primera vez el archipiélago japonés.

 

El 6 de agosto de 1945, Hiroshima fue bombardeada y quedó en ruinas.

 


 

 

Entrevista

 

¡Cambios drásticos en la forma de luchar en el siglo XXI!

La batalla comienza antes de que se den cuenta, y cuando lo hacen, ya es demasiado tarde

 

Bajo el régimen de posguerra simbolizado por el artículo 9 de la Constitución, las Fuerzas de Autodefensa han funcionado sobre la base de la defensa.
Pero ese sistema ya no puede competir con las nuevas guerras del siglo XXI.

 

Ex director general de la zona occidental de la Fuerza de Autodefensa Terrestre

Kazuhito Mochida

(Perfil)
Nació en 1952. Miembro de la 19ª generación de la Academia de Defensa Nacional de Japón. Fue Director de Operaciones de la Oficina del Estado Mayor Conjunto, Comandante de la 7ª División y Director General de la Zona Occidental. Ex general del ejército. Actualmente es investigador senior en el Instituto de Seguridad y Estudios Estratégicos de Japón. Es coautor de “Japón y China, si se pelean” (SB Creative).

El ascenso de China y los avances tecnológicos han cambiado radicalmente nuestra visión de la guerra. En el sentido común convencional, en caso de una aparente invasión armada, como la Segunda Guerra Mundial o la Guerra del Golfo, se pensaba el gobierno japonés emitiría una orden de movilización de defensa y las Fuerzas de Autodefensa se movilizarían.

Sin embargo, China se centra en la “guerra de la zona gris”, que no es un uso sistemático y planificado de la fuerza, y trata de resolver el problema antes de que estalle una guerra a gran escala. Si esto sucede, es cada vez más probable que Japón sea derrotado antes de que el gobierno japonés pueda considerar si se trata o no de una invasión armada y lanzar un contraataque.

¿Cuáles son las circunstancias en las que el gobierno japonés no puede declarar inmediatamente una invasión armada?

La primera es “armas biológicas y químicas”. Como han demostrado los estragos de la catástrofe de el coronacirus, si China utiliza armas biológicas, los japoneses podrían ser golpeados sin poder identificar a los autores.

Todavía está fresco en nuestras mentes que el año pasado un portaaviones estadounidense fue retirado del servicio debido a la propagación de la infección entre su tripulación. La inutilización del preciado portaaviones estadounidense debería haber hecho que China se diera cuenta del valor de las armas biológicas.

Desde el punto de vista militar, tenemos que tomar medidas contra la posibilidad de que “el coronavirus sea un arma biológica”. Desde este punto de vista, Japón y Estados Unidos fueron incapaces de responder y perdieron la guerra contra el coronavirus.

 

Fuerzas armadas podrían ser neutralizadas por la destrucción de satélites y los ciberataques

El segundo son los ciberataques y las interferencias con los satélites. Un tema popular en Estados Unidos es la novela “2034”, que describe una guerra entre Estados Unidos y China en un futuro próximo. El libro describe una escena espeluznante en la que China lanza un ciberataque contra el ejército estadounidense, derribando sus comunicaciones y otros sistemas, y luego hundiendo dos grupos de ataque de portaaviones estadounidenses de unos 40 barcos en el Mar de la China Meridional.

Los ejércitos modernos dependen del GPS y de los equipos de comunicaciones por satélite, y si éstos son interferidos o destruidos, no podrán lanzar un solo misil correctamente.

En tercer lugar, los drones y aviones no tripulados de nacionalidad desconocida podrían atacar centrales eléctricas, instituciones financieras y otras infraestructuras, causando estragos en la sociedad.

En todos estos casos, es difícil identificar qué país es responsable del ataque o si se trata de un ataque terrorista. Sin embargo, los daños serían enormes que sería una catástrofe nacional.

Mientras el gobierno japonés dude en movilizar a las Fuerzas de Autodefensa debido a las limitaciones constitucionales, los daños seguirán aumentando y podrían ser irreversibles.

 

China gana la batalla antes de una guerra a gran escala

La astuta guerra de China puede organizarse cronológicamente en tres etapas (véase el diagrama).

En la primera etapa, “tiempos de paz”, China está llevando a cabo una “agresión silenciosa” contra todos los países.

Como las termitas que pudren los cimientos de una casa, China está socavando a fondo la fuerza nacional y la base ideológica de sus enemigos mediante una educación de tendencia izquierdista, la compra de los medios de comunicación y los políticos, el apoyo a los movimientos de desarme y la promoción de la descarbonización.

En la segunda etapa, la “guerra de la zona gris”, atacan con armas biológicas y químicas, drones, milicias marítimas disfrazadas de pescadores, ciberataques, etc., que dificultan su identificación. Japón no podrá identificar a los autores y sufrirá retrasos en la respuesta y se producirá un gran daño nacional.

Para cuando Japón decida finalmente que China ha lanzado una invasión armada y entre en “contingencia”, China habrá desbaratado el “cerebro” del enemigo mediante la destrucción de satélites y ciberataques, y habrá desplegado misiles, drones y buques de guerra. China pretende dejar sin aliento a Japón en una batalla corta y feroz.

De esta manera, se puede decir que la guerra está casi resuelta antes de entrar en la contingencia, y se dará cuenta de que “Japón está siendo invadido en este mismo momento”.

En Japón y en Estados Unidos, y en otros lugares, tendemos a discutir sobre las batallas de “contingencia” y sobre cómo afrontar la zona gris como si fuera el preludio de esa “contingencia”. Pero esa idea está completamente alejada de la realidad.

 

Japón debería tener una fuerza de defensa nacional

Para que Japón responda rápidamente a la amenaza china, será necesario un giro copernicano del sistema de posguerra.

El primer paso es recuperar nuestra ética japonesa (religiosidad) y el espíritu del Bushido, y dejar claro que Japón se solidarizará con todos los países democráticos para enfrentarse a China. En concreto, deberíamos empezar por eliminar la influencia china que impregna el mundo político y empresarial. La clave aquí es el movimiento de Estados Unidos.

Estados Unidos buscan ahora derrocar a Xi Jinping, y para evitar el surgimiento de un “segundo o tercer Xi Jinping”, tenemos que hacer un fuerte llamamiento a Estados Unidos para que acuerden una política de derrocamiento del Partido Comunista.

Además, Japón debería modificar su constitución para “poseer una fuerza de defensa nacional”, capaz de responder a diversas amenazas. Las Fuerzas de Autodefensa son vulnerables a los ataques por sorpresa y tienen grandes dificultades para defender las islas Senkaku y otras zonas. Debemos revisar a fondo el sistema de posguerra, incluyendo la abolición de los tres principios no nucleares y la duplicación del gasto en defensa, y mostrar concretamente nuestra determinación de “reconstruir Japón como nación”. (Comentario)

 

 


 

¡La guerra ya ha comenzado!

 
China va a resolver esto aquí antes de una guerra a gran escala.

 

Contingencias

Misiles, drones, destrucción de satélites, aviones no tripulados, ciberataques, armas nucleares, etc.

 

Guerra de zonas grises

Armas biológicas y químicas, drones, milicias marítimas, ciberataques, espionaje, etc.

 

Tiempo de paz

Cambio hacia la izquierda en la educación (educación sobre la historia autocrítica), compra de los medios de comunicación y los políticos, contención de las amenazas de China, apoyo a los movimientos de desarme (incluido el movimiento para retirar las bases militares de Estados Unidos), promoción de la descarbonización, acaparamiento de tierras, robo de tecnología, aumento de la dependencia del comercio con China, etc.

 

 
Advertencia del Mesías – Parte 2
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